#7DíasDeStories & My Love-Hate Relationship with Social Media
#7DíasDeStories y Mi Relación de Amor-Odio Con Las Redes
I have the hypothesis that we usually like and share positive posts, but we love negative ones. Because they give us the power to debate, give our opinion and make us feel better than others.
Personally, I have a love/hate relationship with social media. On the one hand, they entertain me —as everyone else— and on the other hand, they drain me. However, I consider that the effect they have on us depends a lot on the people and accounts we follow, and how much we publish or not.
To test my hypothesis, I had the idea of making a series of IG Stories for seven days on my personal Instagram account using the hashtag #7díasdestories.
I decided to divide the stories by day as follows:
Day one: positive personal story
Day two: negative personal story
Day three: story sharing positive news from another account
Day four: story sharing negative news from another account
Day five: negative personal story
Day six: positive personal story
Before starting the #7díasdestories, I explained what the experiment was about —without anticipating the publications that I would make— and encouraged people to share their reactions with me.
I was very anxious thinking about what I was going to publish. What if the day I have to say something negative only good things happened to me? Or vice versa. It also made me feel tense to know people's response; whether or not they would respond. There were times when I wanted to share something that had nothing to do with the project, and so I went to Twitter. Still, I felt the need to share things and more things, and that people read me or saw me and commented on my stories... Is that the effect that social media has on us? To always want to talk to the world and get an answer? To receive attention and validate what we do?
On the other hand, there were days when everything went well for me, but I was so worried about having something bad to tell, that I think I unconsciously caused it. For example, when I forgot my socks to go to the gym and my feet were stripped off with my tennis shoes. I also noticed that the accounts I follow only have positive posts. Therefore, I had to look at accounts such as newspapers —which I did not follow—.
As for the answers I got, no matter how many views per story I had —the numbers ranged between 98 and 145 views for every 15 seconds of publication— I only received between five and four responses per day.
The days I published positive things, I received no response, except for two reactions with automatic emojis.
Contrarily, the days I published negative things I received comments, reactions, and even advice on what to do. The day I published something negative about a situation with a bank, I received approximately six responses from different people.
Although the number of reactions was low, it is proven that we pay more attention to people when they are going through difficult times than when they are going through pleasant moments. I would like to believe that it is because we empathize more and we do not like to see the other one suffer, but the truth is that one part of me has the idea that we enjoy the chaos of others, because it humanizes them, and it makes us feel less unsuccessful.
What do you think? When you post something on social media, what is the reaction do you expect from people? Do you usually interact more in difficult situations than in positive ones? Let me know your thoughts in the comments.
Tengo la hipótesis de que solemos dar likes y compartir las publicaciones positivas, pero las publicaciones negativas nos encantan. Porque nos dan poder para crear debate, dar nuestra opinión y nos hacen sentir, hasta cierto punto, mejores que el otro.
En lo personal tengo una relación de amor/odio con las redes sociales. Por un lado, me entretienen —como a todos— y por otro lado, me drenan. Sin embargo, considero que el efecto que tienen sobre nosotros depende mucho de las personas y cuentas a las que seguimos, y de qué tanto publiquemos o no.
Para comprobar mi hipótesis, se me ocurrió hacer una serie de publicaciones durante siete días en las historias de mi cuenta personal de Instagram utilizando el hashtag #7díasdestories.
Decidí dividir los posts por día de la siguiente manera:
Día uno: story personal positivo
Día dos: story personal negativo
Día tres: story compartiendo una noticia positiva de otra cuenta
Día cuatro: story compartiendo una noticia negativa de otra cuenta
Día cinco: story personal negativo
Día seis: story personal positivo
Antes de iniciar los #7díasdestories, expliqué de qué trataba el experimento —sin anticipar las publicaciones que haría— e incentivé a las personas para que compartieran sus reacciones conmigo.
Estuve muy ansiosa pensando en qué iba a publicar. ¿Qué pasaría si el día que tocara algo negativo solo me pasaban cosas buenas? O viceversa. También me ponía tensa conocer la respuesta de las personas; si iban o no a responder. Hubo ocasiones en las que quería compartir algo que nada tenía que ver con el proyecto, y entonces me iba a Twitter. Aún así, sentí la necesidad de querer compartir cosas y más cosas, y que la gente me leyera o me viera y me comentara… ¿Ese es el efecto que generan las redes sociales? ¿Querer hablar con el mundo y obtener una respuesta?, ¿recibir atención para validar lo que hacemos?.
Por otro lado, hubo días en lo que todo me salía bien, pero estaba tan preocupada en tener algo malo que contar que creo que inconscientemente lo provocaba. Ejemplo, cuando olvidé mis medias para ir al gimnasio y se me pelaron los pies con los tenis. También noté que las cuentas que sigo solo ponían cosas positivas. Por ello, tuve que buscar en cuentas como periódicos —a los cuales no seguía—.
En cuanto a las respuestas, sin importar la cantidad de vistas por historia que tuviera —los números oscilaron entre 98 y 145 vistas por cada 15 segundos de publicación—, sólo llegué a recibir entre cinco y cuatro respuestas por día.
Los días que publiqué cosas positivas no recibí respuesta, salvo dos reacciones con emojis automáticos.
Por su lado, los días que coloqué cosas negativas tuve comentarios, reacciones, y hasta me dieron consejos de qué cosas hacer. El día que publiqué algo negativo, acerca de una situación con un banco, recibí aproximadamente seis respuestas de personas distintas.
A pesar de que el número de reacciones fue bajo, queda comprobado que le hacemos más caso a las personas cuando están pasando por tiempos difíciles que cuando están pasando momentos agradables. Me gustaría creer que es porque empatizamos más y no nos gusta ver al otro sufrir, pero la verdad es que una parte de mí tiene la idea de que disfrutamos del caos del otro, porque eso por un lado los humaniza, y por otro nos hace sentir menos fracasados.
¿Tú que opinas? Cuando publicas algo en tus redes, ¿qué reacción esperas de la gente? ¿Sueles comentar más en las situaciones difíciles que en las positivas? Déjame saber lo que piensas en los comentarios.
Dahiana studied journalism in Spain and works as a multimedia producer in Santiago, Dominican Republic. She is a writer, photographer, traveler, GLR and human, and she loves to tell stories through different media and platforms like her blog. / Dahiana estudió Periodismo en España y labora como productora multimedia en Santiago, República Dominicana. Es una escritora, fotógrafa, viajera, GLR y humana, y le encanta contar historias a través de distintos medios y plataformas como su blog.