Tengo una amiga que siempre dice “todo lo jodido tiene un día”, y hoy, 8 de marzo, es el Día de la Mujer; y, coño, nosotras sí que hemos estado jodidas. Desde nuestra “creación”, cuando Eva decidió morder esa manzana, hasta el día de hoy, donde nos obligan a parir incluso cuando nuestras vidas corren peligro.
República Dominicana es uno de los 5 países en el mundo donde el aborto está completamente prohibido, y penaliza tanto a la mujer como al profesional de la salud que lo practique. Una de las principales razones por la que el aborto sigue siendo penalizado en el siglo XXI, es la presión política que tiene la Iglesia católica en nuestro país. La constitución nos describe como un país laico, pero eso es solo en papeles.
Desde el año 2000, se ha querido someter una modificación al código penal, ya que el que tenemos es de 1884. En esta modificación se incluyen 3 causales por las que se permita el aborto: cuando el feto es incompatible con la vida, cuando la vida de la madre corre peligro y en caso de violación y/o incesto. Ese código penal solo ha dado vueltas y más vueltas porque no quieren incluir las causales.
Ahora quieren vendernos gato por liebre. Disque pasar el código penal penalizando el aborto y que se vea el tema de las causales en una “ley especial”. ¡Una ley especial parezco yo! Eso me suena a mareo. Si permitimos que aprueben el código penal sin las causales, pasarán 20 años más para poder proteger la salud y dignidad de niñas y mujeres Dominicanas.
Así que ayer, 7 de marzo, otra vez fuimos al congreso a exigir que las causales van. Se convocó una manifestación a la cual asistimos cientos de personas con alguna prenda verde a gritar “saquen sus rosarios de nuestros ovarios y sus doctrinas de nuestras vaginas”. Que así como el partido del gobierno no le puede pedir a sus diputadxs que pasen la ley porque eso depende de la convicción de cada unx de ellxs, tienen que entender que cada niña y mujer tiene su propia convicción y derecho a tomar la decisión de qué hacer en caso de verse envuelta en alguna de las circunstancias de las 3 causales.
En esta manifestación participaron niñas, niños, jóvenes, personas con discapacidad, grupos feministas y de derechos humanos y líderes de la iglesia en apoyo a este tema tan importante para nuestra nación. También estuvo el diputado José Horacio Rodriguez, quien ha sido unos de los portavoces en el Congreso para que el Código Penal se apruebe con las 3 causales.
Por otro lado, andaban los anti-derechos. Eran dos o tres gatos que cabían debajo de una sombra, y les puedo decir que las sombras eran diminutas. Supuestamente, estaban orando por el fin del aborto. Como les explicamos, solo con oración no vamos a llegar ningún lado, la vida está llena de situaciones que no controlamos y, lo más importante, nadie quiere pasar por un aborto. El aborto no es un viaje a Disney.
Muchxs opinan que después que la mujer “gozó” tiene que cargar con la responsabilidad de parir a su muchachx, pero les recuerdo que para que una mujer se embarace, se tiene que venir es el hombre — aunque está claro que el placer nada tiene que ver con la decisión de seguir o no con un embarazo.
Lo que se está pidiendo es que la mujer pueda tener la opción de interrumpir su embarazo bajo las 3 causales ya mencionadas. Esto no va a obligar a nadie a abortar, pero como está descrita la ley actualmente, sí obliga y penaliza a la mujer a llevar un embarazo que puede terminar con su vida y/o la del feto, a llevar a término un embarazo donde la mujer es consciente que su bebé no va a sobrevivir o que es producto de una violación o incesto. Todos estos escenarios traen traumas. La ley y el Estado tampoco proveen un soporte a la mujer en estas situaciones, como tampoco, garantizan educación sexual en las escuelas para evitar los embarazos no deseados. Como diría mi abuela “Ni lavan, ni pre’tan la batea”.
La maternidad es una decisión que se debe hacer consciente, ya que es la raíz de nuestra formación como ser humano. Como decía la pancarta de mi amiga Gaby: “La maternidad elegida cambia al mundo”.
