No More, Por Favor
Two Sundays ago I witnessed an act of violence. One that truly tested my strength and my values.
Around noon I heard a fight in the distance, between a man and a woman, only to later see them walking nearby while saying horrible things to each other with a, I'd say, one year old child between them.
It made me nauseous to witness such verbal violence so close to me and in front of a child, but I certainly did not expect what happened next.
While we are on the phone calling the police, a guy walking behind them couldn't take what the man was saying and went in to fight. To FIGHT! In that very moment my mind and body completely disconnected, and all I could think about was protecting the child in any way I could.
In 5 seconds or less I was running towards the fight to find the kid, only to see another woman had acted as well and had the kid in her arms. I took him and stood away from the fight, telling him everything was going to be okay, until family came to be with him as well.
Thankfully, the kid did not see the rest of the fight, or when his I assume Dad, grabbed a cane to hit the other guy.
Why am I even telling this story? Because this happens every day behind close doors, and I hate to say this, but especially to Latina women. Can you imagine the horrible things this guy might be saying to this woman on a daily basis? Or the abuse the kid could have witnessed?
What I’d like for you to take from this experience is that domestic violence is very real, and it can affect to any of us or our loved ones.
If you or someone you know is in an abusive relationship, let them know, in any way you can, that there's always a way out. There are phone lines and organizations willing and able to help women to get out of violent situations.
More importantly, don’t ever forget to talk to the little girls in your life and to let them know they deserve to be loved and respected, because if they hear it enough they will believe it for the rest of their lives.
Este pasado Domingo presencié un acto de violencia, uno que de verdad puso a prueba mi fuerza de voluntad y mis valores.
Cerca del medio día, escuché desde lejos las voces de una pelea fuera del apartamento entre una mujer y un hombre, solo para luego ver a la pareja pelear y decirse cosas horrorosas delante de su bebé de probablemente un año.
Me causó náuseas tener que presenciar aquella violencia verbal tan cerca de mí y más que nada delante de un niño. Pero si alguien me pregunta si me imaginé lo que pasaría luego siempre diré que no.
Mientras llamábamos a la policía para reportar lo que sucedía, un tipo caminando detrás de la pareja no pudo soportar lo que el hombre le decía a la mujer y fue directamente a atacar al agresor. A PELEAR! En ese instante mi razonamiento y mi cuerpo se desconectaron completamente y lo único que podía pensar en hacer era proteger al niño como pudiese.
En cinco segundos o menos estaba corriendo en dirección a la pelea solo para darme cuenta que otra señora ya tenía a la criatura en sus manos. Lo tomé de sus brazos y me camine lejos de allí mientras le repetía que todo iba a estar bien, hasta que un familiar vino a estar con él también.
Gracias a que lo removimos de la situación a tiempo, el niño no llegó a ver el resto de la pelea ni cuando quien presumo era su papá tomó un bastón para herir al otro muchacho.
¿Por qué estoy contando esta historia? Porque esto que yo presencié pasa todos los días detrás de puertas cerradas y, lamento mucho decir esto, a muchas mujeres latinas. ¿Te puedes imaginar las cosas que este hombre le dice a esta mujer todos los días? ¿O el abuso que esa bella criatura puede haber presenciado?
Lo que me encantaría que te llevaras de este post es que la violencia doméstica es real y puede llegar a afectar a cualquiera de nosotros o nuestros seres queridos.
Si tú o alguien que conocer está en una relación abusiva, déjales saber de la mejor manera que puedas, que siempre hay una salida. Hay líneas telefónicas y organizaciones que están capacitados y desean ayudar a mujeres que sin víctimas de violencia doméstica.
Más que nada, nunca olvides hablar con las niñas y jóvenes en tu vida para que siempre estén seguras de que se merecen ser amadas y respetadas, ya que si lo escuchan lo suficiente lo creerán por toda la vida.