Can We Make Healthy Relationships with Work a Thing?

¿Será Que Podemos Tener una Relación Saludable con el Trabajo?

By Carmen Rita Candelario

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Like every other immigrant I know, ever since I stepped foot in this country I have been working. I must have had only a couple of days on campus when I was already giving copies of my resume at the library and the cafeteria. I was lucky enough to afford an education in the United States, but I wanted my own money. My independence. My freedom.

I ended up working during the entire three years I was in college, and I only had about a month or so of “vacation” after graduation before starting my first “real job” at the age of 21. There was no gap year or recess. It’s all been work.

I grew up surrounded by a family that firmly believes that work makes you worthy. They were all early risers and lived by the notion that hard work dignified them. Work made them better people, and I agree. There is something incredibly rewarding about building something from scratch and being recognized because your talent and determination left something better than you found it.

When I first started working in advertising, the full-time job I still have, I had no idea what it was to have no boundaries. The idea of working until late at an office seemed so foreign and unacceptable to me. I was the first one to tell my friends they needed a break and I still remember my face when my then project manager told me we had, at least, 3 more hours of work around 7:00 PM on a regular weekday. I couldn’t believe it.

If I sit down with my thoughts —which is a scary thing to do— I can quickly realize work has been my life. It is the thing that dominates my conversations, thoughts, days, and even dreams. And while I actually like working, I do not like how toxic our relationship is with it.

Why do I always end up feeling guilty for taking time off? Why do I feel weird when I actively decide not to respond to emails on the weekends? Why do I always feel like I don’t do enough?

I’ve been thinking a lot about this. How much is actually only in my mind, and how much is fabricated by the culture of the places we work at. But the more I look into it, the more I realize I am not alone in my feelings. So I have to ask: when did a toxic relationship with work became the norm?, why is it so hard to separate work from our lives? Furthermore, what are our lives without work?

As I continue to work on Hola, Rita, an endeavor that dominates every second I am not working my day job, I am trying to make peace with what can be done in a day, and what will likely make it to another week in my to-do list. As a small business owner and the leader of a team, I have a responsibility to make sure everyone feels committed to delivery without burning themselves out or feeling guilty when they needed some extra time.

I wish I could close this article with some insightful revelation, but the fact is I don’t know shit. I am still trying to figure out my own relationship with work —as a woman who wants a family and an immigrant—, and I have a feeling I won’t have my answer as soon as I hope. So, I guess I will need to keep taking mental health days, ignoring work emails and turning off my phone in the evenings because, at the of the day, it is just work.

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Como todos los demás inmigrantes que conozco, desde que puse un pie en este país he estado trabajando. Debo haber tenido solo un par de días en el campus cuando ya estaba entregando copias de mi currículum en la biblioteca y en la cafetería. Tuve la suerte de acceder a una educación en los Estados Unidos, pero quería mi propio dinero. Mi independencia. Mi libertad.

Terminé trabajando durante los tres años que estuve en la universidad, y solo tuve alrededor de un mes de "vacaciones" después de graduarme antes de comenzar mi primer "trabajo real", a la edad de 21 años. No tuve un año sabático ni nada de eso. Todo ha sido trabajo.

Crecí rodeada de una familia que cree firmemente que el trabajo te da valor como persona. Todxs eran madrugadorxs y siempre pensaron que el trabajo duro dignifica. Su trabajo lxs hizo mejores personas, y estoy de acuerdo. Es increíblemente gratificante construir algo desde cero y ser reconocidx porque tu talentx y determinación dejaron algo mejor de lo que estaba.

Cuando empecé a trabajar en publicidad, el trabajo que todavía tengo, no tenía idea de lo que era no tener límites. La idea de trabajar hasta tarde en una oficina me parecía tan extraña e inaceptable. Era la primera en decirles a mis amigxs que necesitaban un descanso, y todavía recuerdo mi cara cuando mi entonces compañera me dijo que teníamos, al menos, 3 horas más de trabajo como a las 7:00 PM de un día laborable regular. No lo podía creer.

Si me siento con mis pensamientos —lo cual es algo aterrador— puedo darme cuenta rápidamente de que el trabajo se ha vuelto mi vida. Es lo que domina mis conversaciones, pensamientos, días, e incluso sueños. Y aunque en realidad me gusta trabajar, no me gusta lo tóxica que puede llegar a ser nuestra relación con el trabajo.

¿Por qué siempre termino sintiéndome culpable por tomar un descanso? ¿Por qué me siento avergonzada cuando decido no responder a ningún email durante el fin de semana? ¿Por qué siempre siento que no hago suficiente?

He estado pensando mucho en esto. Cuánto está realmente solo en mi mente, y cuánto está siendo generado por la cultura de los lugares donde trabajamos. Pero mientras más lo profundizo, más me doy cuenta de que no estoy sola en mis sentimientos. Entonces, tengo que preguntar: ¿cuándo una relación tóxica con el trabajo se convirtió en la norma?, ¿por qué es tan difícil separar el trabajo de nuestras vidas? Además, ¿qué son nuestras vidas sin el trabajo?

A medida que continúo trabajando en Hola, Rita, un proyecto que domina cada segundo libre que tengo, estoy tratando de hacer las paces con lo que se puede hacer en un día, y lo que probablemente llegará a otra semana en mi lista de cosas para hacer. Como fundadora de un negocio pequeño, y líder de un equipo, tengo la responsabilidad de asegurar que todas se sientan comprometidas con cumplir sus tareas, sin agotarse o sentirse culpables si necesitan un poco más de tiempo.

Desearía poder cerrar este artículo con una revelación profunda, pero la verdad es que no sé nada. Todavía estoy tratando de descubrir mi propia relación con el trabajo —como una mujer que quiere una familia y una inmigrante—, y tengo la sensación de que no tendré mi respuesta tan pronto como quisiera. Asi que supongo que tendré que seguir tomando días libres para mi salud mental, ignorando los emails del trabajo y apagando mi teléfono por las noches porque, al final del día, es solo trabajo.


Carmen is the founder and creative director of Hola, Rita. She is originally from the Dominican Republic and currently works in advertising full time in NYC. She loves attending events and will always be down for coffee and collaborating. / Carmen es la fundadora y directora creativa de Hola, Rita. Originalmente de la República Dominicana, Carmen trabaja en una agencia publicitaria en Nueva York y siempre está dispuesta a juntarse a tomar un café y colaborar con otrxs creadorxs.