New Traditions: The Holidays in The Bronx
Nuevas Tradiciones: Navida’ en El Bronx
As a Dominicana American, I know the struggle of trying to navigate between two cultures all too well. And if you come from a similar background, I’m sure you can relate. Other than the noticeable social differences between Dominican and American culture, there are also smaller differences that aren’t touched upon as much: traditions.
From the food to the concept of gift giving (and who gives them), the Dominican Navida’ could not be more different to American Christmas. For one thing, a lot of Dominicans don’t give gifts on Christmas Day. Instead, gifting giving is reserved for Three Kings’ Day celebrated on January 6. For Dominican children, the folklore goes as so: The Three Kings bring you gifts and you leave them cigars, and their camels grass and water, as a token of your gratitude (which, in my opinion, is way more realistic than the concept of Santa Claus and his magical reindeer). Also, can we talk about the food? A traditional American Christmas dinner usually consists of: turkey, ham, mashed potatoes, and of course, eggnog. In comparison, in the DR we have: cerdo, moro de habichuelas negras, empanadas de yuca, pasteles, and the infamous ponche.
So what do you do when you have an island heart on American land, being fed traditions from very different cultures? Well, like many Dominican Americans, you take those traditions and create new ones.
For many, the holidays are a time to celebrate family and community. So when my family immigrated to the United States, moving away from the pueblo, they had to find a way to stay connected to their roots while in a foreign land. They integrated Dominican traditions with American ideals, and those became our traditions. No other time were these traditions more prominent than during the holiday season.
Like in la isla, our Christmas celebrations start on Christmas Eve, or noche buena. The entire family gets together to enjoy a meal of pastelitos, pernil, ensalada verde, pavo, moro de guandules, lasagna —Dominican style— and the classic American sweet potato pie (the same plate as Thanksgiving because why change what’s already good?).
We down our plates with Corona, vino tinto, and Brugal. We replay “Feliz Navidad” a bit too many times and get in our feelings to the hits of classic bachateros. At midnight, the kids get to open their gifts under the arbolito —you know, practical things like clothing and sobrecitos de dinero, as well as the occasional toy. After opening gifts, the night dies down and people start to leave around 1:00 a.m.
On Christmas Day, while many American families are opening gifts early in the morning and having Christmas dinner, we’re waking up at noon and going through our day as normal.
A few days later, the festivities pick back up with the arrival of New Year’s Eve. We pick a tía’s apartment to go to, and party until midnight. We watch the Ball Drop on TV, listen to loud bachata, and chat —all at the same time— while drinking Coronas and vino tinto (the usual).
3... 2... 1... Happy New Year! We each grab our cup of twelve grapes, one for each month, and make wishes for the new year. Those grapes can grant you everything, from love and wealth to a new Xbox. Abuela lights some incense to cleanse the home of bad spirits and energy, and invite good luck. Let the new year commence!
After, we wait 358 days to do it all over again.
The most exciting thing about traditions is the opportunity to create new ones. You can maintain old traditions to remind you of home, your roots, and heritage. But, you can also adopt new ones to reflect your new environment and celebrate that of which is most important to you. You can add non-traditional foods to your dinner menu because food has no borders. And you can combine new and old to preserve old practices within modern-day society.
However you celebrate the holidays, we —at Hola, Rita— hope it is a time filled with love, light, and a joie de vivre.
¡Feliz Navidad!
Como una Dominicana-Americana, conozco muy bien la lucha por tratar de navegar entre dos culturas. Y si vienes de un entorno similar, estoy segura de que te suena familiar. Aparte de las notables diferencias sociales entre la cultura dominicana y la estadounidense, también hay diferencias más pequeñas que no se mencionan tanto: las tradiciones.
Desde la comida hasta el concepto de regalos (y quién los da), la Navida’ Dominicana no podría ser más diferente a la Navidad estadounidense. Por un lado, muchos dominicanos no hacen regalos el día de Navidad. En cambio, los regalos se reservan para el Día de los Reyes Magos que se celebra el 6 de enero. Para los niños dominicanos, el folklore es así: Los Reyes Magos te traen regalos y les dejas cigarros, y a sus camellos hierba y agua, como una muestra de tu gratitud (que, en mi opinión, es mucho más realista que el concepto de Papá Noel y su reno mágico). Además, ¿podemos hablar de la comida? Una cena tradicional de Navidad en Estados Unidos generalmente consiste en: pavo, jamón, puré de papas y, por supuesto, ponche de huevo. En comparación, en la República Dominicana tenemos: cerdo, moro de habichuelas negras, empanadas de yuca, pasteles y el icónico ponche.
¿Entonces, qué haces cuando tienes una isla en el corazón pero te encuentras en tierra Americana, siendo alimentadx con diferentes culturas? Bueno, como muchos Domínico-Americanxs, tomas esas tradiciones y creas nuevas.
Para muchxs, los días festivos son un momento para celebrar la familia y la comunidad. Entonces, cuando mi familia emigró a los Estados Unidos, alejándose de su pueblo, tuvieron que encontrar una manera de mantenerse conectados con sus raíces mientras se encontraban en una tierra extranjera. Integraron las tradiciones dominicanas con los ideales americanos, y esas se convirtieron en nuestras tradiciones. En ningún otro momento estas tradiciones fueron más prominentes que durante la época de fiestas.
Al igual que en la isla, nuestras celebraciones de Navidad comienzan en Nochebuena. Toda la familia se reúne para disfrutar de una comida de pastelitos, pernil, ensalada verde, pavo, moro de guándules, lasaña (estilo dominicano) y el clásico pastel de patata dulce estadounidense (el mismo plato que el Día de Acción de Gracias, ¿por qué cambiar lo que ya es bueno?).
Bajamos nuestros platos con Corona, vino tinto y Brugal. Repetimos "Feliz Navidad" un poco demasiadas veces y nos ponemos sentimentales con bachatas clásicas. A medianoche, los niños pueden abrir sus regalos debajo del arbolito: ya saben, cosas prácticas como ropa y sobrecitos de dinero, así como también los ocasionales juguetes. Después de abrir los regalos, la fiesta se apaga y la gente comienza a salir alrededor de la 1:00 a.m.
El día de Navidad, mientras muchas familias estadounidenses abren regalos a primera hora de la mañana y cenan juntos, nosotros nos levantamos al mediodía y seguimos nuestro día como siempre.
Unos días después, las festividades se reanudan con la llegada de la víspera de Año Nuevo. Escogemos el apartamento de una tía para ir y festejamos hasta la medianoche. Miramos la bola de Times Square caer en la televisión, escuchamos bachata y hablamos, todos al mismo tiempo, mientras bebemos Coronas y vino tinto (lo habitual).
3 ... 2 ... 1 ... ¡Feliz año nuevo! Cada uno de nosotros toma una taza con doce uvas, una para cada mes, y pedimos deseos para el nuevo año. Esas uvas pueden otorgarte de todo, desde el amor y la riqueza hasta una nueva Xbox. Abuela enciende un poco de incienso para limpiar el hogar de los malos espíritus y la energía, e invita a la buena suerte. ¡Que comience el nuevo año!
Después, esperamos 358 días para volver a hacerlo todo de nuevo.
Lo más emocionante de las tradiciones es la oportunidad de crear otras nuevas. Tú puedes mantener las tradiciones que te recuendan de tu hogar, tus raíces y tu patrimonio. Pero, también puedes adoptar otras nuevas para reflejar tu nuevo entorno y celebrar lo que es más importantes para ti. Puedes agregar platos no tan tradicionales a tu menú porque la comida no tiene bordes. Y puedes combinar lo nuevo y lo viejo para preservar las viejas prácticas y tradiciones dentro de la sociedad moderna en la que vivimos.
Como sea que celebres las fiestas, nosotras - aquí en Hola, Rita - esperamos que sea un tiempo lleno de amor, luz y con mucha joie de vivre.
¡Feliz Navidad!