From Avocado to #Slowfashion: Meet Thelma Vanahí

De Aguacates a #Slowfashion: Conoce a Thelma Vanahí

By Lei González

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My knowledge about fashion is not wide. I don’t follow trends and —most likely— I don’t know about them unless everyone is wearing the same outfit. The fast fashion industry is the propeller of this and profits from it, having a huge impact on our environment. As opposed to this model, the #slowfashion movement was created and I heard about it at the beginning of the year thanks to Thelma Vanahí’s Instagram’s. She is a photo reporter, communicator, and stylist for film interested in sustainability and humanitarian subjects.

Social Media is one of her showcases for her process. I’ve followed her work since “El Aguacate de Thelma” (Thelma’s Avocado) that portrays how people live in Dominican barrios: the joy of hanging out at el colmado, drinking beers, talking loudly with the peers, being happy surrounded by a precarious living structure while holding an avocado and sharing it.

When Thelma leaves to Barcelona for her masters degrees, she pauses the avocado project but soon enough gets into another documentation project: aixonoesmerda.

“When I arrived in Barcelona, I realized the number of things thrown away, that are still usable.” That caught her attention, and if you look at this project you’ll realize what she’s talking about: bread, blow-dryers, plates, chairs, toilets, shoes, clothes… all thrown away. It usually varies depending on the area she walks around, but the most common item she always finds are clothes.

“I noticed that people are easily carried away by the season's specials and buy a lot of items that aren’t even used once. I know some people that have enough clothes and they don’t even remove the tag before buying more just because there is a discount.”

“I went into my closet and realized that I had a lot of things and that I was a fast fashion consumer too. I was doing exactly what I was criticizing. On December 31st, walking around and documenting aaaaaall the clothes people were throwing away, I decided not to buy another piece for a whole year. And here I am. As part of my goal, I am documenting my outfit every day on my personal Instagram.”

It was in her account where the #slowfashion hashtag popped into my eyes. Kate Fletcher (fashion design and sustainability professor) emphasized the importance of responsible consumption and the ethical implications of the fashion industry back in 2007, and —from that point on— the term Slow Fashion was established.

“#Slowfashion is a movement that represents the ideas of many people that create a specific amount of a piece for their brand or use fewer chemicals. It’s about doing your part about what we consume and how fast, even minding the amount of plastic they release after each wash. That’s another point on my project: if the piece is not dirty I’m going to use it again to avoid washing the clothes obsessively because that’s another way to pollute.”

“As you can see, everyone lives the slow fashion on their own terms but it’s always with consciousness. And that’s why this year I’m focused on learning more about the philosophy of it because I feel identified with what it preaches, and I am even already practicing.

Mi conocimiento sobre la moda no es amplio. No sigo las tendencias y —probablemente— no me entero de ninguna hasta que todo el mundo está usando lo mismo. La industria del fast fashion o moda rápida es una de las principales razones de esta repetición masiva que, además, tiene un impacto muy dañino para el medio ambiente. En oposición a este modelo, fue creado el movimiento del #slowfashion o moda lenta, del cual me enteré a inicios de este año gracias al Instagram de Thelma Vanahí. Ella es una fotorreportera, comunicadora y estilista de cine enfocada en temas humanitarios y de sostenibilidad.

Las redes sociales son la vitrina principal de su proceso. He seguido su trabajo desde el proyecto “El aguacate de Thelma” en el cual retrata la vida de los barrios dominicanos: la alegría de janguear en el colmado, beber cerveza en las esquinas, hablar alto con los amigos y ser felices en estructuras precarias mientras sostienen un aguacate que, tamo’ claro’, se comparte.

Cuando Thelma se va a Barcelona para cursar su maestría, pausa “El aguacate de Thelma” pero, inmediatamente, inicia otro proyecto de documentación: aixonoesmerda.

“Cuando llegué a Barcelona, me dí cuenta de la cantidad de cosas que se botaban que todavía podían ser usadas”. Eso llamó su atención, y si chequeas la cuenta es fácil entender de lo que habla: pan, secadores de pelo, platos, sillas, sanitarios, zapatos, ropa… todo tirado en la calle. Los objetos que encuentra varían dependiendo el área donde camina, pero generalmente es ropa.

“Noté cómo la gente se deja llevar por los especiales de temporada y compran cosas que, probablemente, no usen ni una vez. Conozco personas que tienen mucha ropa con la etiqueta todavía, pero compran más por los especiales”.

“Así que fui a mi closet y noté que tenía muchas piezas de más. Estaba haciendo exactamente lo que estaba criticando. Entonces, el 31 de diciembre, caminando y tomando fotos de tooodas las piezas que las personas tiraron ese día a la calle, me dije: qué pasaría si por todo un año utilizo únicamente las piezas que ya tengo, sin comprar una más. Y aquí estoy. Como parte de mi meta, estoy documentando mi vestimenta todos los días en mi Instagram personal”.

A través de su cuenta fue que el hashtag #slowfashion llegó a mí.  En el 2007, Kate Fletcher (diseñadora de moda y profesora de sostenibilidad) enfatizó la importancia del consumo responsable y las implicaciones éticas que tiene la industria de la moda, y —desde ese momento— fue establecido el término Slow Fashion.

“El #slowfashion abarca muchas ideas de personas que producen pocas piezas en su marca o que utilizan menos productos químicos. Es todo un movimiento para tomar medidas en torno a la moda que consumimos y su rapidez, incluso la cantidad de plástico que se desperdicia tras cada lavada. Ese es otro punto en mi proyecto: si la pieza no está sucia la vuelvo a utilizar esa semana, todo con tal de no lavar ropa de manera obsesiva, porque esa es otra manera de contaminar”.

“Como bien observarás, cada quien vive el slowfashion a su manera, pero siempre con esa dosis de conciencia”. Y es por esto que tengo muchas ganas de seguir aprendiendo de esta filosofía de la moda lenta, que —desde ya— estoy practicando.


Lei is an audiovisual producer from the north coast of the island who loves to travel, live music, the outdoors and to read every screenplay she can get her hands on. She is currently living in Santo Domingo from where she keeps exploring and expanding. / / /  Lei es una productora audiovisual nacida en la costa norte de la isla quien ama viajar, la música en vivo, estar en la naturaleza y leer cada guión que pueda conseguir. Actualmente vive en Santo Domingo, desde donde sigue explorando y expandiéndose.