Almond Milk
Leche de Almendras
Here is something I assume every other healthy, young and relatively active person doesn’t think about too often: Health.
I know it sounds a bit weird, but when you don’t get sick often or you don’t really suffer from any chronic illness that requires time and medications for you to feel better, I’d say it is easy to forget everything our bodies do for us. It’s just “normal.”
Until things change.
A couple of weeks ago, I had just finished eating some leftovers I brought in to work from the night before and my coffee with almond milk when I suddenly started to feel really sick. I happen to have a sensitive stomach (especially with gluten, it makes me really sick and gives me hives) so I thought it was just something I ate that didn’t sit well.
Fast forward to 10 min later and my throat is tingling, my tongue feels bigger than usual and I can’t really breathe well. I immediately knew was having an allergic reaction. I quickly decided to not give it too much time and rush myself to the closest hospital where they used an EpiPen to avoid my tongue getting ay bigger, or worse, my throat closing.
The good news is, I saw a specialist and we figured it out. The bad news is, I can no longer eat tree nuts. It turns out, my reaction to them (especially walnuts) is so bad that my chest swelled up as well, which explained why I had been needing to yawn every couple minutes to feel like the air was going through my lungs.
Yeah, it was not cute. And yes, I know, I am officially the worst person to go out to dinner with among my friends, but like I jokingly told them, I'm more fun out of the hospital and alive.
But the real reason I am writing all this is because if you or someone you know suffers from food allergies, I want them to know they are not alone. When I first discovered my reaction to gluten I got really depressed and anxious. I love food, I really do, and the fact that I was now unable to eat baked goods, thick soups, and regular pasta made me feel miserable. I distinctly remember calling my Dad crying “What am I going to eat now!?” And he kept saying, “You’ll see, there are plenty more foods out there, you’ll learn to love even more of them.”
And that's exactly what happened.
So although this newfound allergy - that by the way is getting to be more and more common in adults - has added a new level of complexity to my diet, I am not letting it bring me down. I’m going to continue to read the labels, try new safe foods and expand my paladar to the point that not eating almonds, drinking almond milk or enjoying some salted cashews is okay. Heck, “normal.”
At the end of the day, I am healthy, smart with food, and I will be okay. Oh, and I can eat peanuts! So there’s that.
If you or someone you know is looking to chat about food allergies, especially to gluten and nuts, don’t hesitate to reach out. I would love to learn more about how other people deal with it.
¿Sabes qué es algo que creo muchas personas jóvenes y en buena forma casi nunca piensan que les va a faltar? La salud.
Sé que tal vez es un pensamiento un poco abstracto, pero cuando uno no se enferma mucho o sufre de alguna condición crónica entiendo que es bien fácil olvidarse todo lo que nuestro cuerpo hace bien por nosotros. Simplemente es lo “normal.”
Hasta que las cosas cambian.
Hace ya un par de semanas, estaba en el trabajo terminando de comer una sopa que me había traído de la noche anterior y de tomarme mi café con leche de almendras, cuando de repente me comencé a sentir notablemente mal. Personalmente tengo un estómago un poco sensible (en especial con el gluten, el cual me afecta muchísimo la digestión y hasta me da alergias en el cuerpo) así que simplemente pensé que algo en la sopa no me cayó bien.
Diez minutos después mi garganta había comenzado a picarme, mi lengua se sentía hinchada y no podía respirar para nada bien. Estaba teniendo una reacción alérgica por primera vez y les puedo asegurar que todo lo que escuchan de estos episodios es cierto. Decidí no darle mucho tiempo e irme a la clínica más cercana donde los doctores decidieron tratarla con un EpiPen para evitar que mi lengua se siquiera hinchando o peor, que se me cerrara la garganta.
La buena noticia es que fui a ver un especialista para tratar de entender qué pudo haber causado esta reacción. La mala es que ya no puedo comer nada con nueces. Mi reacción es tan grave que al consumir cualquier alimento con nueces mis vías respiratorias se hinchan, lo cual puede fácilmente causar serias consecuencias.
Sí, no fue nada bonito. Y sí, ya soy oficialmente la más complicada para ir a cenar del grupo, pero como les dije bromeando, entiendo que soy más divertida fuera del hospital y saludable.
Pero la verdadera razón por la que escribo este post es porque de verdad quisiera que si tú o alguien que conoces sufre de algo similar, no quisiera que se sientan sol@s. Cuando descubrí lo que el gluten le hacía mi cuerpo hace ya más de dos años, recuerdo sentirme súper ansiosa y hasta deprimida. A mí me fascina la comida, y el hecho de que ya no podía disfrutar de pasteles, muchas sopas y la pasta que me encantaba me ponía súper triste. Incluso, recuerdo vívidamente diciéndole a mi Padre “¿Qué es lo que voy a comer ahora?” A lo que él respondía “Ya verás, hay muchos tipos de comida en el mundo, vas a descubrir nuevas cosas.”
Y así mismo fué.
Así que aunque esta nueva alergia - que por cierto se ha vuelto mucho más común en adultos - le ha agregado otro nivel de dificultad a mi dieta, no voy a dejar que me deprima. Voy a continuar leyendo los ingredientes con cuidado, probando nuevos platos que no lleven nueces y a más que nada trabajar para expandir mi paladar hasta que beber leche de almendras con el café o comer cacahuates no me haga falta. Es más, que sea mi nuevo “normal.”
Al final de cuentas tengo una buena salud, soy bastante inteligente con lo que como y estaré bien. Ah, ¡y aún puedo comer maní! Figurate.
Si tú o alguien que conoces quisiera hablar de este tema no dudes en contactarme. Me encantaría muchísimo escuchar cómo otras personas se manejan con estas limitaciones.